En estos días se habla mucho del Mindset, pero ¿qué es el Mindset y cómo usarlo a nuestro favor?

Mindset es «la mentalidad de lo posible, la mentalidad de creer que se puede mejorar». Así define la renombrada psicóloga de Stanford, Carol Dweck, a la capacidad humana de abrazar los defectos, perseverar y creer que un cambio de personalidad es posible.

Una parte integral de una mentalidad de crecimiento es la aceptación de la neuroplasticidad: la capacidad del cerebro para hacer nuevas conexiones y reorganizar las conexiones sinápticas.

Una mentalidad de crecimiento consiste en adoptar una perspectiva que diga «Puedo volverme más inteligente, tener más habilidades y más talentoso invirtiendo mi tiempo y esfuerzo». Alguien con una mentalidad «fija», por otro lado, cree que nuestras habilidades son relativamente estáticas: o las tienes o no.

El quid es si ve el cerebro como fijo o maleable. Y es importante porque la mentalidad que adopte puede llevar a una marcada diferencia en su enfoque de la vida y su bienestar mental.

Si considera que la inteligencia y el talento no cambian, es poco probable que se esfuerce por desarrollarse. Pero si ve espacio para el crecimiento, invertirá sus energías en lograr metas más ambiciosas.

Aquí hay tres elementos clave:

  1. No puede simplemente decir «Soy optimista y flexible en mi forma de pensar». Es algo que debes hacer.
  2. No basta con elogiar y recompensar el esfuerzo productivo. También debe mantener un enfoque en el resultado.
  3. Decirte a ti mismo y a los demás que una mentalidad de crecimiento es lo correcto, pero debes respaldarla con un esfuerzo enfocado.

Así es como comienza el cambio. Las siguientes declaraciones están todas vinculadas a una mentalidad de crecimiento y se han dividido en cuatro grupos: desafíos, crecimiento y cambio, fortalezas y talentos y pasión.

Desafíos

  1. Vea el fracaso como una oportunidad para aprender de sus experiencias en lugar de un fin en sí mismo.
  2. Acepte que para lograr algo que valga la pena, enfrentará desafíos y fracasos.
  3. Sea tenaz. El trabajo duro no es de temer. Cuando te caigas, vuelve a levantarte.
  4. Vea los desafíos como oportunidades de superación personal.
  5. Reemplaza la palabra «fallar» con la palabra «aprender» en tu vocabulario.

Crecimiento y cambio

  1. Cree en ti mismo, en tus habilidades y habilidades, y en tu capacidad para cambiar.
  2. Disfruta siendo curioso. Comprométase con el aprendizaje permanente, como sea que parezca.
  3. Pruebe diferentes tácticas y estrategias de aprendizaje. Ninguna estrategia se adapta a cada situación.
  4. Celebre su propio crecimiento y el de los demás.
  5. Concéntrese en aprender bien en lugar de aprender rápidamente.

Fortalezas y talentos

  1. Sea más consciente de sus talentos y fortalezas.
  2. Siéntete orgulloso de tus imperfecciones, te hacen único.
  3. Deja de buscar la aprobación de los demás.
  4. Reconozca que “genio” es trabajo duro más talento, no talento solo.
  5. Cultive un sentido de propósito y mantenga las cosas en perspectiva.

Pasión

  1. Fomente la pasión en todo lo que haga, incluso cuando sea mundano.
  2. Busque inspirar a otros y ser inspirado en lugar de envidioso.
  3. Recompense las acciones en lugar de los rasgos.
  4. Cultivar agallas (determinación y perseverancia).
  5. Toma riesgos y sé vulnerable con los demás.

Este es un proceso que se construye con el tiempo, no se apresure.  permítase concederse tiempo y actúe de forma consciente, hasta que estos pensamientos sean parte de su vida.

Sobre la autora:

Cristina Rolando, MBA. Trayectoria en diferente organizaciones internacionales, lo cual le ha permitido ver que para llegar hay que dejar de pensar en uno y comenzar a pensar en el equipo de trabajo.

Adora el mundo corporativo y su interés es ayudar a que otros logren el éxito en su desarrollo profesional.  Bloguera por vocación, relata su historia de tropiezos, enseñanzas, inteligencia emocional, motivación, el “sí se puede”, dentro de un mundo tan competitivo y a veces inhumano para los profesionales de hoy.  Los que llegan no siempre son los más inteligente, son los que mejor manejan sus emociones y diseñan un plan para lograrlo.

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