
Puede ser complicado lograr el equilibrio entre nuestras vidas privadas y el trabajo, por muchas razones, entregamos más de nuestro tiempo al trabajo (los despidos y reducciones hacen que dediquemos más horas con el temor de ser los próximos, los objetivos son inalcanzables con las horas del día, hay que cumplir con fechas de entrega, es más barato tener a uno haciendo el puesto de dos y tres, etc.), nos obsesionamos con la productividad, disfrutamos el trabajo, nos reconocen, nos hacen sentir importantes, nos pagan por hacer lo que nos gusta, y peor aún si sirve como escape a problemas familiares y responsabilidades.
Las Habilidades blandas o Soft Skills son competencias conductuales, es un término sociológico, relacionado con el cociente de inteligencia emocional, y que es el conjunto de rasgos de personalidad, habilidades sociales, comunicación, lenguaje, hábitos personales, la amistad y el optimismo que caracteriza a las relaciones con otras personas. Las Soft Skills se complementan Hard Skills o habilidades duras (parte del Cociente Intelectual de una persona), que son las exigencias profesionales de un trabajo y muchas otras actividades. A diferencia de las habilidades duras, que son alrededor de conjunto de habilidades de una persona y la capacidad para realizar un determinado tipo de tarea o actividad, las habilidades sociales se relacionan con la capacidad de una persona para interactuar efectivamente con colegas y clientes y son de aplicación general, tanto dentro como fuera del lugar de trabajo.
También conocido como habilidades interpersonales, incluyen competencias como habilidades de autonomía, autoliderazgo, coherencia, integridad, capacidad de atención y de escucha, autorregulación, interés, curiosidad, autenticidad, responsabilidad personal y social, capacidad de reflexión, proactividad, pasión, motivación intrínseca, lógica divergente, humildad, aprendizaje continuo, empatía, capacidad de síntesis y de argumentación, gestión del tiempo, confianza, entre otras.
Las habilidades blandas son mejorables.
El “Equilibrio entre trabajo y vida personal”, es parte de la vida corporativa, investigaciones demuestras que se logra mayor bienestar cuando las personas están ocupadas fuera y dentro del trabajo. Para los que tienen responsabilidades familiares y caseras o de formación, existe una doble responsabilidad que afecta el equilibrio, en otras palabras, una persona que maneja bien este equilibrio:
- Mantiene consciente un equilibrio entre el trabajo y la vida personal, de manera que uno no domine el otro.
- No tiene una sola dimensión
- Sabe como atender a ambas partes
- Obtiene lo que desea de los dos mundos
Algunos tips para mejorar esta habilidad:
- No se comprometa en exceso: No ponga todos sus esfuerzos en el trabajo. Piense en la palabra “workaholic” o “adicto al trabajo”, añada a su vida fuera del trabajo actividades, de otra forma, el trabajo ocupará gran parte de su tiempo. Para aquellos que tiene responsabilidades en el hogar, deben utilizar más sus habilidades y fortalezas en casa, agrupando las tareas, unificando actividades similares, delegando tareas en los hijos y compartiendo tareas con vecinos, como por ejemplo, el transporte de los hijos. Organícese y controle con eficacia, maneje un calendario de actividades y establezca objetivos y planes.
- Defina el equilibrio: El equilibrio está relacionado con la forma que utilizamos el tiempo que tenemos, esto no quiere decir que tenemos que dividir el tiempo en 50/50. Incluya a sus seres queridos en su vida y en las responsabilidades, negocie con su pareja, no acepte simplemente las cosas como vayan viniendo. Incluya a su esposo, familia y amigos en la definición.
- Concentrarse en el presente: La gente que está siempre ocupada o no dispone de mucho tiempo aprende a hacer todo en el presente sin arrastrar con ellos el resto de su trabajo, preocupaciones o fechas para finalizar los proyectos. Cada minuto vale, si tiene una hora para jugar con los niños o hacer tareas, concéntrese en eso y diviértase, porque no resolverá ningún problema en esos 60 minutos. Disfrute el momento.
- Estructúrese fuera del trabajo: Cree plazos, urgencias y estructuras fuera del trabajo. Si usted es organizado, organice; competitivo, participe en competencias; social, sociabilice. Use sus fortalezas fuera del trabajo también.
- No puede hacerlo todo: Si no dice a nada que “no”, es probable que se frustre en sus vida profesional y privada. Una señal de madurez es dejar pasar las actividades agradables, aunque sean divertidas y convenientes. Capaz el decir “no”, irrita a la gente inicialmente, pero es un precio que vale la pena pagar, quizás le ayude explicándole a los demás las razones para el “no”. Por ejemplo, debe recoger a sus hijos, tiene la práctica de fútbol, debe preparar la cena, etc.
- No se aburra: Si se siente aburrido en el trabajo, haga más intensa su vida fuera del trabajo. Muchos de nosotros evitamos el estrés fuera del trabajo, y esto puede llevarnos al aburrimiento. Para combatir esta sobre carga de estímulo debe encontrar algo que le apasione fuera del trabajo.
- Relájese fuera del trabajo: Si no puede relajarse fuera del trabajo, programe pausas o límites. El cerebro humano responde a los cambios, si el trabajo finalizó, escuche música en su carro, juegue con sus hijos, camine durante 20 minutos, dele a su mente un claro y recurrente descanso. Cuando llegue a su casa, preocúpese de su vida y deje a la oficina atrás.
- No logra relajarse ni en vacaciones: Si su problema en mayor, no logra relajarse ni en vacaciones pensando en el trabajo y lo que dejó pendiente, escriba todo lo que le venga a la mente y anote cualquier idea que tenga para solucionar los problemas. No llenará una hoja, probablemente, son tres los problemas que más le molesten, el hacer esto le aligera la preocupación y le ayuda a desconectarse del trabajo.
- No viva para trabajar: Proyéctese, imagínese dentro de 20 años, busque a 3 personas que le recuerden a usted mismo, pero 20 años mayores a usted. ¿Qué están haciendo? ¿Qué vida tienen fuera del trabajo? ¿Tienen problemas de estrés o depresión?
- Hable: Hable con la gente que verdaderamente le aprecie, busque consejo de aquellos que lo aceptan por quien es y con quien usted puede ser sincero. Pregúnteles como alcanzarían el equilibrio.
Yo siempre digo, si los demás pueden, ¿por qué yo no? Hay que tener conciencia y darle la importancia merecida a cada responsabilidad, una responsabilidad no puede anular a la otra, le vida en equilibrio da felicidad y completa.
Sobre la autora:
Cristina Rolando, MBA. Trayectoria en diferente organizaciones internacionales, lo cual le ha permitido ver que para llegar hay que dejar de pensar en uno y comenzar a pensar en el equipo de trabajo.
Adora el mundo corporativo y su interés es ayudar a que otros logren el éxito en su desarrollo profesional. Bloguera por vocación, relata su historia de tropiezos, enseñanzas, inteligencia emocional, motivación, el “sí se puede”, dentro de un mundo tan competitivo y a veces inhumano para los profesionales de hoy. Los que llegan no siempre son los más inteligente, son los que mejor manejan sus emociones y diseñan un plan para lograrlo.